Por Maria Vidaurre

Comida Real

Comida Real: El Nutriente Vivo que Nuestro Cuerpo Reconoce

Por qué elegimos ingredientes que se descomponen y cómo esto transforma nuestra nutrición y bienestar

 

 

Más allá de la etiqueta: entendiendo la comida viva

En un mundo donde los alimentos pueden permanecer meses en estantes sin mostrar signos de deterioro, hemos olvidado una verdad fundamental: la comida real se descompone. Y esta característica, lejos de ser un defecto, es precisamente el indicador de su poder nutritivo y su capacidad para nutrir realmente nuestro organismo.

La comida viva es aquella que nuestros ancestros reconocerían: frutas que maduran, verduras que marchitan, panes que desarrollan moho, leches que se agrian. Son alimentos que responden a las leyes naturales porque contienen vida en sí mismos.

Las huellas de lo artificial

Los preservantes, emulsificantes, potenciadores de sabor y colorantes artificiales han permitido crear productos con vida útil extendida y apariencia constante. Sin embargo, estos ingredientes dejan huellas en nuestro organismo:

  • Alteran el microbioma intestinal, afectando la absorción de nutrientes
  • Confunden nuestro sistema hormonal, especialmente aquellas relacionadas con el hambre y la saciedad
  • Provocan respuestas inflamatorias sutiles pero constantes
  • Sobrecargan nuestros sistemas de desintoxicación

El retorno a lo esencial

En Buenos Días María, cada desayuno es una celebración de la comida real. Desde nuestros panes artesanales que desarrollan una corteza crujiente pero que deben consumirse en pocos días, hasta nuestros queques realizados con ingredientes vivos, o nuestras frutas de temporada que maduran y cambian día a día.

Esta filosofía no es simplemente una tendencia gastronómica, sino un retorno a la sabiduría ancestral sobre la alimentación:

  • Elegimos ingredientes que un agricultor reconocería
  • Respetamos los procesos naturales de fermentación, germinación y maduración
  • Aceptamos y valoramos la imperfección estética de lo natural
  • Honramos los ciclos estacionales de los alimentos

    Pequeños pasos hacia una alimentación viva

    Incorporar más comida real a nuestra dieta no requiere transformaciones radicales. Pequeños cambios pueden marcar grandes diferencias:

    1. Priorizar alimentos frescos.
    2. Leer etiquetas y cuestionar ingredientes que no podríamos encontrar en una cocina casera
    3. Redescubrir técnicas de conservación naturales: fermentación, deshidratación, encurtidos
    4. Comprar local
    5. Observar cómo se comportan los alimentos con el tiempo: aquellos que se deterioran naturalmente suelen ser los más nutritivos

    Yo, María, creo que la verdadera nutrición comienza con ingredientes vivos, que cambian, maduran y eventualmente se descomponen. Esta filosofía guía mi vida y cada uno de nuestros desayunos, llevando a tu mesa alimentos que tu cuerpo reconoce y celebra.

    ¿Conocías el concepto de Comida Real?